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Otoño o Vendimia La Vendimia fue una obra maestra creada entre 1786 y 1787 por Francisco de Goya.
La pintura al óleo sobre lienzo se encuentra actualmente en el Museo Nacional del Prado en Madrid. El tamaño de la pintura es de 267,5 cm por 190,5 cm.
La pintura fue creada en un campo donde los lectores ven campesinos trabajando en el fondo, cosechando uvas. En primer plano, un majo elegante que ofrece un racimo de uvas maduras a una muchacha.
Sin embargo, un niño de espaldas al espectador se acerca para agarrar las uvas. Detrás de ellos hay una campesina que equilibra unas uvas en una cesta sobre su cabeza. Tanto el majo como la muchacha a la que ofrece unas uvas están sentados en una plataforma elevada de hormigón, posiblemente vigilando cómo trabajan los campesinos en el campo.
Goya también ha dado una vista detallada del paisaje con las características montañosas de Madrid siendo evidentes en el fondo. Se piensa que el niño que estira la mano para agarrar las uvas era uno de los hijos de los campesinos que habían quedado allí mientras los padres trabajaban en el campo. La pintura muestra el gran contraste entre ricos y pobres que se hizo evidente en la época.
Los ricos tenían todo lo que querían, mientras que los pobres no tenían lo suficiente para vivir. Desafortunadamente, los ricos eran tan malos que no ayudaban a los pobres. En este caso, a pesar de la gran cosecha que disfrutó el majo, no le dio unas uvas al joven que estaba detrás de ellos. Era un estado lamentable de las cosas como lo muestra el pintor.
La vendimia en España se produce durante el período otoñal tras el cual se lleva al lagar para la elaboración de los vinos. Esta tradición ha existido durante siglos. Goya plasma una de las muchas épocas de vendimia que presenció a lo largo de su vida y muestra la desigualdad que caracterizaba a la sociedad de entonces.
El artista utilizó el estilo de arte del romanticismo al crear esta obra maestra. Este tipo de arte se centró en los sentimientos, las emociones y todo tipo de espiritualidad en la pintura.
Los artistas entregaron más que el valor físico de la pintura. En cambio, enviaron un mensaje sobre los problemas que enfrentaban los sujetos de la pintura. En este caso, Goya combinó dos elementos principales en uno. En primer lugar, mostró la apacible belleza del paisaje madrileño y la entrelazó con los problemas a los que se enfrentaban los sujetos del cuadro.