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Pelea a garrotazos, denominada en los inventarios como Los vaqueros o los extraños, es el título que recibe un retrato de Francisco Goya, artista español.
Este cuadro se encuentra actualmente en el Museo Nacional del Prado, Madrid.
Esta es una de las series de pinturas negras que Goya pintó directamente en las paredes de su casa entre 1820 y 1823. Muestra a dos hombres peleando con garrotes, como si estuvieran hundidos hasta las rodillas en un pantano de arena o barro. Goya adquirió en 1819 una casa en las laderas del Manzanares, cerca de Madrid, denominada Villa del Sordo (Quinta del Sordo).
Era un diminuto edificio de dos pisos que llevaba el nombre del antiguo ocupante que era sordo; sin embargo, Goya también quedó sordo después de contraer fiebre en 1792. Cuando Goya se mudó a Burdeos, de 1819 a 1823, realizó una serie de 14 obras. Pintó estas obras al óleo directamente en las paredes de su casa. La Lucha a Garrotes tuvo lugar en la sala alta de la Quinta del Sordo.
La interpretación convencional es como una pelea entre dos personas comunes que pelean en un lugar desierto mientras están hasta las rodillas. Nigel Glendinning (el investigador británico) ya había comentado las diferencias entre el último detalle de la Pintura negra y el detalle registrado por Jean antes de que fueran trasladados de las paredes de la casa de Goya.
A finales de 2010, otra investigación de las imágenes de Laurent realizada por el pintor y profesor de historia del arte Carlos Foradada reiteró que Goya mostraba a los luchadores de pie sobre hierba alta en lugar de barro hasta las rodillas. El fallo del transfer hizo que se perdiera gran parte de la pintura, que luego quedó escondida bajo las rodillas. Esto facilitó la interpretación de las piernas enterradas.
Como afirma Francisco-Xavier, Goya podría haberse referido a un cuento (el 75) que aparece en la obra de Diego Saavedra Fajardo, el libro símbolo de Empresas Políticas, Idea de un príncipe político cristiano, que tenía muchos Ensayos sobre la formación de un príncipe. El cuento se refería al mito griego de Cadmo y los dientes del dragón.
Por orden de Atenea, Cadmo diseminó dientes de dragón sobre la tierra, lo que dio origen a una raza de violentos hombres armados, los sembrados (Spartoi). Cadmus dejó una piedra debajo de ellos y los dejó caer uno encima del otro hasta que solo cinco resistieron, ayudándolo a crear la ciudadela (Cadmea) de Tebas. Esta imaginería ayudó a Saavedra a discutir la forma en que algunos gobernantes fomentan el conflicto para finalmente traer la paz a los reinos. La utilización de Goya de esta alegoría podría haber pertenecido a la política y las políticas de Fernando VII.