Copias de pinturas de Diego Velázquez

Francisco de Goya fue uno de los muchos artistas famosos que desarrolló sus habilidades estudiando y, en algunos casos, haciendo copias del trabajo de maestros anteriores.

Fue precisamente Diego Velázquez quien llamó la atención de Goya en sus primeros años y realizaría varios grabados basados en algunas de las pinturas de Velázquez. La conexión más obvia entre estos dos sería su conexión española, aunque aún más significativa fue el hecho de compartir su amor por el género del retrato.

Muchas de las pinturas originales de Velázquez habían sido coleccionadas por la monarquía española y esto bien pudo haber permitido a Goya acceder a ellas más fácilmente. Estaban guardados en el Palacio Real, aunque Goya aún no estaba tan consolidado como lo estaría más tarde, por lo que habría tenido que recurrir a varios favores para poder verlos.

En este momento turbulento de la sociedad española, la Monarquía pudo haber estado interesada en proteger sus activos de la venta o el robo, y hacer copias de las mejores obras fue una forma de reforzar sus planes futuros.

Los grabados precisos de alguien tan hábil como Goya podrían usarse para rehacer las pinturas que faltan, como último recurso. Quizás sea más probable que se tratara de un artista que expresaba su respeto por otro y al mismo tiempo buscaba desarrollar sus propias habilidades.

Se cree que hubo alrededor de 22 impresiones completas en total, posiblemente más considerando la probabilidad de que algunas se hayan perdido desde entonces. Algunas de las escenas recreadas incluyen El triunfo de Baco, Retrato del conde-duque de Olivares y Esopo y se puede establecer una clara conexión con estos títulos y las líneas de propiedad en ese momento. Goya desarrolló una nueva técnica llamada Aquafortis para algunos de estos grabados.